El Padre Pío tenía un perfume muy especial y muchos pudieron sentirlo durante su vida, algunos decían que era de "violetas y rosas", otros, de "jazmines y azucenas", él decía que era algo que nos daba el cielo porque es "algo de lo que allá sobra". Y ese es el regalo que él nos hace, ofreciéndonos perfumes espirituales que nos ayuden a llegar al cielo, sean violetas, jazmines, azucenas o rosas. Nosotros nos unimos al él como sus Hijos protegidos para restaurar todas las cosas en Cristo.
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